Se presenta bajo el aspecto de cristales cúbicos, octaédricos o pentadodecaédricos, a veces maclados en forma de cruz de hierro y siempre con las caras ligeramente estriadas. También puede presentarse en agregados compactos, granulares, formando concreciones o bajo la apariencia de nódulos mamilonares o estalactíticos. Bajo cualquiera de estas formas es siempre de color amarillo, a veces con una pátina metálica iridiscente de una tonalidad amarilla oscura.
De sus propiedades físicas merecen ser destacadas su enorme dureza, pesadez, fragilidad e imposibilidad para la exfoliación. Si se raya su superficie o su machaca en el mortero produce un fino polvo de color verde oscuro o negro verdoso. En masa es insoluble en ácido clorhídrico, pero reducida a polvo se disuelve sin dificultad en ácido nítrico; al calentarse en el horno arde a temperatura moderada y funde rápidamente con desprendimiento de vapores sulfurosos y dejando como residuo un glóbulo magnético. Otro factor a tener en cuenta a la hora de su reconocimiento es que produce pequeñas chispas cuando se golpea.
El ambiente de formación de la pirita se encuentra siempre asociado a rocas eruptivas básicas en yacimientos aluviales o sedimentarios; estos yacimientos se encuentran cerca de la roca original.
El uso más importante de la pirita radica en la fabricación de ácido sulfúrico y como fuente para la extracción de hierro, oro, cobre y níquel.
SABÍAS QUÉ...
No es raro que la pirita cristalice formando una pátina sobre restos orgánicos fósiles, dándoles un aspecto metálico francamente bello. Son célebres los ammonites piritosos que en el mercado alcanzan un alto valor.
