Se presenta normalmente bajo el aspecto de masas, nódulos y vetas microcristalinas de color azulado o verde pálido; también se puede presentar rellenando las cavidades de distintos tipos de rocas. Los cristales de forma prismática son extraordinariamente raros. Su superficie es traslúcida únicamente en secciones muy delgadas y tiene un brillo céreo o de porcelana. Al rayar la superficie de la turquesa se desprende un polvillo de coloración entre blanquecina y verdosa.
Entre las propiedades físicas más destacables de la turquesa hay que citar que es un mineral duro, bastante frágil y perfectamente exfoliable, al menos en una dirección; siempre rompe de acuerdo a superficies concoides. Es totalmente infusible al aplicarle el calor de una llama, pero sí se solubiliza en ácido clorhídrico caliente.
La turquesa se origina como mineral secundario durante el proceso de alteración, en clima árido, de las rocas aluminíferas ricas en apatito y calcopirita; suele presentarse asociada a limonita y calcedonia.
La turquesa se emplea como piedra ornamental de elevado precio. Los ejemplares de menor calidad se colorean artificialmente o se corriegen con aceite, ceras y plásticos.
SABIAS QUÉ...
Otros minerales parecidos a la turquesa son la crisocola, de dureza inferior, la azurita, que presenta una tonalidad azul bastante profunda, y la variscita, de tonalidad claramente verdosa.
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