Aparece bajo el aspecto de cristales tabulares, aciculares o alargados, frecuentemente maclado en forma de punta de lanza o de cola de golondrina ( con los ángulos muy entrantes). Su color es blanco, amarillento, gris o pardo. Dependiendo de la forma en que se presenta, el yeso recibe distintos nombres: si forma cristales transparentes y agregados espáticos se denomina selenita; las masas granulares y compactas, de aspecto céreo y, a veces, con una marcada zonación se llaman alabastros; los agregados, finamente fibrosos, de cristale alargados y satinados se llaman sericolitas; por último, cuando el yeso se presenta en forma de roseta, de color rojizo y englobando gránulos de arena se conoce como rosa del desierto.
Entre sus propiedades físicas hay que señalar que es un mineral muy blando, ligero, algo flexible pero no elástico y perfectamente exfoliable en láminas y escamas muy delgadas. Es soluble en ácido clorhídrico y agua caliente y fundo al calor de la llama, volviéndose opaco por la pérdida de agua. En ocasiones presenta luminiscencia bajo la acción de los rayos ultravioletas.
El yeso es un mineral de origen típicamente químico y sedimentario. Se forma a partir de soluciones acuosas por evaporación del agua, por meteorización de minerales de azufre o por absorción de agua a partir de la anhidrita.
Se emplea para la fabricación de yeso de construcción, como fundente cerámico, fertilizante y, algunas variedades, como materia prima para escultura.
SABIAS QUÉ...
La variedad selenita puede formar parte de una roca, conocida también por el nombre de yeso al ser éste su componente principal, cuando se asocia con anhidrita, sal gema, calcita, limonita, dolomía y arcilla.
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