Es la roca volcánica más difundida en la naturaleza y constituye también una de las de mayor dureza.
Se presenta el basalto en masas de forma columnar o almohadillada, con estructura de gránulos muy finos o incluso vítrea; también es frecuente que aparezca en estructuras vacuolares, producidas por las burbujas desprendidas de los gases disueltos en el magma. Estas burbujas aparecen con cierta frecuencia rellenas de minerales depositados por soluciones hidrotermales o aguas subterráneas. Por regla general, es una roca coloreada en tonos muy oscuros, pero la alteración oxidativa de sus componentes puede dar lugar a tonalidades de apariencias verdosas, rojizas o pardas.
Los componentes principales del basalto son las plagioclasas (labradorita-bytownita) y los piroxenos (augita a menudo titanífera). Entre los componentes accesorios hay que detectar la magnetita, la hematites, la ilmanita, el apatito y el cuarzo, y entre los accidentales el vidrio, el olivino, la hornblenda y la biotita.
Su ambiente de formación coincide con todas aquellas regiones en las que ha habido actividad volcánica, tanto en tierra firme como bajo los océanos.
El interés práctico del basalto se centra en la construcción: por ser una roca muy dura y resistente a la erosión, constituye un material ideal para realizar adoquines para la pavimentación y como soporte de base para la colocación de vías férreas y carreteras.
¿SABIAS QUÉ...?
Los basaltos se suelen presentar formando coladas volcánicas que cubren a veces enormes superficies.
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